El ídolo. Relato breve de horror cósmico.

Richard Dawkins dejó en un rincón de la caseta las herramientas de excavación y entró en la ducha prefabricada. Se despojó de la ropa y disfrutó por unos instantes del agua caliente y humeante sobre su abrasada piel. En ese momento creyó notar un pequeño temblor, que coincidió con 

¿Que acaba de ocurrir?

un instante de desconcierto.

Se encogió de hombros, tomó el jabón y comenzó a frotarse hasta que lo notó otra vez, y de nuevo se sintió ligeramente desconcertado.

Su piel estaba libre de jabón. Este reposaba en la jabonera. Aún tuvo tiempo de pensar qué había pasado, pues recordaba haberlo tenido en la mano solo un instante 

¿Instante? ¿Por qué de repente esa palabra parece no tener significado?

antes. 

Notó el temblor 

El mismo temblor. 

y esta vez el desconcierto dio paso al miedo. Cerró el grifo. Salió de la ducha, tomó la toalla para secarse y escuchó una explosión que el ruido del agua había amortiguado.

¿Hasta entonces?

Se encontró de nuevo bajo el chorro 

¿De nuevo? ¿No es, de hecho, la primera vez? 

de la ducha. Aterrado, obvió los pantalones y se lanzó desnudo fuera de la cabaña. Su coche se deslizaba por la pendiente  

¡El ídolo está en el maletero!

directo al precipicio.

Alcanzó a oír la explosión y el agua caliente y humeante golpeó su abrasada piel. Richard comprendió que solo era cuestión de tiempo 

¿Tiempo? ¿Aún tiene sentido esa palabra? 

el que el universo colapsara sobre si mismo.

jed

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