Primeros parrafos de mi nuevo proyecto a largo plazo.

calavero

Soy de esos escritores que adora el Worldbuilding aunque ni lleve moluscos simbólicos ni órbitas extrañas. Pero como a Tolkien, me gustan los mundos con trasfondo, historia antigua y no tan antigua; y debido  a eso llevo, desde que empecé a escribir La vara de serbal, elaborando su pasado. Primero a grandes rasgos y más tarde definiendo algunos de esos pasajes. Horas y horas de trabajo, de comerme la cabeza y garrapatear planos, mapas, leyendas, mitos… de los que no aparece sino alguna pincelada en el texto final.  Sigue leyendo

El anacoreta.

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Photo: Romain Guy. Light to Sand

El anacoreta despertó en su cueva. Algo pasaba, algo volvía a perturbar el descanso de aquellos que no debían ser despertados. Se incorporó con un desagradable chasquido de casi todos sus huesos y abrió los ojos blancos. Una nueva capa de sedimentos cubría el suelo casi hasta la altura de la repisa, el lugar por donde antaño corriera el arroyo subterráneo, estaba colmatado de limo. Salto desde su repisa, se  intentó sacudir el polvo de siglos y cayó en la cuenta de que el pelo y la barba, que habían crecido sin control durante todos esos años le suponía un grave problema a la hora de moverse. Eligió un lugar en la arena húmeda y cavó en ella al tiempo que saciaba su sed milenaria con el turbio agua que manaba. Al fin rescato su pequeña y aún afilada hoja de sílex, pues una de acero habría acabado deshecha con el paso de los siglos. Sigue leyendo