Culpabilidad

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Lo sé, hace mucho que no actualizo el blog. Y no es por falta de ideas, y, aunque me cueste reconocerlo, tampoco por falta de tiempo, aunque sea la excusa que más me pongo. Es por falta de ganas y de energías. Preparar un post lleva bastante tiempo y esfuerzo, y resulta muy frustrante cuando ese mismo esfuerzo lo único que conlleva son dos visitas y ningún comentario. Sé que debería esforzarme más en el marketing, en echar un vistazo al menos a ese horroroso pozo misterioso llamado SEO, pero de nuevo estamos ante la misma tesitura. La falta de ganas y de motivación.

Sigo escribiendo mis cosas, fuera de aquí, y soy consciente de que cierto impulso por aquí me ayudaría a vender algún que otro ejemplar de aquello que estoy escribiendo con tanto esfuerzo y en lo que invierto tanto tiempo y energías. Tiempo y energías que acabo por no dedicarle al blog. Y de aquí viene la culpabilidad.

Pues, aunque mis resultados de ventas no contentarían a nadie y la difusión de mi obra es menos de testimonial, obtengo mucho más placer creando y puliendo esas historias que escribiendo en este blog. Aunque no las lea casi nadie.

Por esta misma razón creo que no debería sentir culpabilidad por no poder dedicarle al blog algo más de tiempo y, de nuevo, energías, pero supongo que acabo sintiendo culpabilidad por no poder dejar de sentir culpabilidad, lo cual es una paradoja de lo más fastidiosa.

Un saludo a quien me lea y, supongo, hasta que suba aquí la presentación de mi próxima novela, El anillo de los Salazar, la cual espero que no tarde mucho en llegar.

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